domingo, 7 de abril de 2013

La biblioteca de América.

EL LIBRO TOTAL.


La oportunidad más democrática de acercarse al lenguaje plástico.

Por Ana Cao / Cómo hacer de la llamada "hora de dibujo" un momento para aprender a través de producciones de artes visuales.

En nuestras escuelas existe la materia "plástica", muchas veces llamada "dibujo". A veces su dictado está cargado de dificultades. La clase dura como máximo 45 minutos semanales, los materiales para trabajar a menudo son escasos y las instituciones no siempre cuentan con un aula exclusiva para la materia. Por lo cual donde se pinta y se modela, inmediatamente después se cursa una clase de matemáticas donde son imprescindibles las mesitas impecables. Personalmente asumí que, por distintos motivos y por el momento, esta es la realidad con la que se cuenta. Y más aún, es la oportunidad más democrática que tienen todos nuestros chicos de acercase al lenguaje plástico. Chicos por otro lado que llegan a la escuela primaria amando pintar, modelar, hacer collages. Llegan también impregnados por el lenguaje de la imagen. Ven dibujos animados, miran historietas y revistas, caminan por calles empapeladas de publicidades gráficas, manejan tecnología con juegos virtuales. Se expresan plásticamente a través de procedimientos tradicionales pero también recurren a las PC o a los celulares. Pero todo esto transcurre sin reflexiones y a veces con mucha carga de estereotipos. Vale la pena buscar la forma de aprovechar todas las potencialidades de cada institución para convertir la "hora de plástica" en un momento donde docentes y chicos disfruten y aprendan a través de producciones de las artes visuales. Desafío. Es en esta escuela con esas características donde a los maestros de plástica se nos presenta el desafío de profundizar el conocimiento del lenguaje plástico. Es la posibilidad de proponer actividades creativas donde nuestros alumnos se apropien del color, las líneas y el espacio para comprenderlos, utilizarlos, disfrutarlos en sus producciones y en las ajenas. Apropiarse para disponer de otro lenguaje más que les permita y habilite contar qué piensan, qué sienten, qué les gusta, qué les pasa y qué aprendieron. Quizás sea la única posibilidad que tengan de conocer las obras de pintores, escultores, grabadores, ilustradores que usan el lenguaje con conocimiento, libertad y riqueza. Acercarse a sus obras enriquecerá su pinacoteca interior. Con la práctica y el encuentro con otros compañeros, descubrí que el área de plástica puede mezclarse con las demás y trabajar a la vez en el aprendizaje de muchos contenidos. Puede actuar como disparador o ser el producto final de un largo proyecto en el que trabajaron integradas informática, matemáticas, lengua y ciencias. Y así el pintor holandés Mondrian y el uruguayo Torres García pueden terminar vinculados en una clase de geometría. O después de ver los cuadros de Escher se inventarán teselados en la computadora con un graficador. Pinturas de los artistas que desarrollaron sus actividades en Rosario, como Gambartes y Grela, servirán quizás de ilustraciones de cuentos colectivos. A partir de un trabajo sobre la diversidad con las ciencias sociales y formación ética y ciudadana, en plástica podrán construir entre todos los chicos de la escuela, un mural y compartirlo luego en un blog. Plástica puede entonces no ser una materia subsidiaria del resto, sino trabajar a la par de todas incorporando los saberes que les son propios. Puede ser que muchos de los proyectos que se emprendan sirvan para cubrir el edificio escolar con las explosiones de color que suelen ser las producciones de nuestros alumnos. Es fantástico entrar a una escuela y que nos reciban carteleras, murales, banners o cuadros llenos de dibujos infantiles en vez de láminas impresas de revistas con dibujos muy similares entre sí e inventados por adultos. Y aunque en muchas situaciones suene como utopía, me encanta pensar que es posible que en nuestras primarias todos los chicos crezcan enriqueciendo sus expresiones plásticas para adquirir un lenguaje propio. Lleguen a conocer diversidad de artistas y a poder reflexionar ante una imagen más allá de saber si les gusta o no; y por lo menos que alguna vez pinten con acuarelas, témperas u otros materiales; hagan un grabado; realicen una escultura; visiten un museo para ver exposiciones y poder "leer" las obras; tengan contacto con algún artista plástico y conozcan sus procesos creadores; investiguen y exploren el arte a través de la tecnología (trabajen con graficadores, combinen colores y texturas digitales) y compartan sus trabajos en blogs y en muestras donde los cuiden como en galerías de arte. (*) Docente de plástica.

Las 400 clases.

Bienvenidos a las 400 clases Las 400 clases son una selección de videos de alta calidad conceptual y didáctica para fortalecer el currículum común en la Argentina e inspirar la enseñanza. Los 40 portales son una guía comentada de otras iniciativas para seguir buceando en los contenidos audiovisuales en educación. http://www.las400clases.com.ar/