lunes, 23 de diciembre de 2013

Bienvenido al mundo de AC1000, un robot muy especial...

http://hacecosas.pakapaka.gov.ar/jugar/
http://hacecosas.pakapaka.gov.ar/jugar/

Hacé volar tus sueños!!!

Leonel sueña con ser una estrella fugaz, Lucrecia desearía ser una sirena, Luciano quiere tener un pegaso rojo para andar por el campo y Ramiro sueña con ir al espacio con un monito ayudante... Y ustedes, ¿con qué sueñan? Sumen sus sueños y háganlos volar en... SOÑÁ 

sábado, 6 de julio de 2013

Eduquemos con blogs


BLOGS PARA EDUCAR


Los weblogs tienen un gran potencial como herramienta en el ámbito de la enseñanza, ya que se pueden adaptar a cualquier disciplina, nivel educativo y metodología docente. En este artículo se analizan las características propias del formato blog que favorecen su aprovechamiento en procesos de enseñanza-aprendizaje dentro de una pedagogía constructivista y de acuerdo con las necesidades educativas de la Sociedad de la Información y la Comunicación (SIC).
En el nuevo paradigma educativo es necesario “aprender a aprender”, puesto que la formación no se ciñe a un espacio y tiempo determinado, sino que exige mantener cierta capacidad de aprendizaje a lo largo de toda la vida (long-life learning).
Frente a otros modelos educativos centrados en la transmisión de contenidos, el constructivismo defiende que el conocimiento es una construcción del ser humano y que se realiza a partir de los esquemas previos que ya posee.
Según la pedagogía constructivista, el profesor actúa como mediador, facilitando los instrumentos necesarios para que sea el estudiante quien construya su propio aprendizaje. Cobra, por tanto, especial importancia la capacidad del profesor para diagnosticar los conocimientos previos del alumno y garantizar un clima de confianza y comunicación en el proceso educativo.

Las características propias de los weblogs hacen de esta herramienta un instrumento de gran valor para su uso educativo dentro de un modelo constructivista. Los blogs sirven de apoyo al E-learning, establecen un canal de comunicación informal entre profesor y alumno, promueven la interacción social, dotan al alumno con un medio personal para la experimentación de su propio aprendizaje y, por último, son fáciles de asimilar basándose en algunos conocimientos previos sobre tecnología digital. En este sentido, no hay que olvidar que los alumnos que hoy llegan a la universidad pertenecen a la Generación Red o Net Generation (Oblinger, 2005), que define a los nacidos en la década de 1980 y que han crecido con Internet. Su forma de aprender tiene que ver con esta naturaleza generacional y requiere de nuevos enfoques educativos.

Edublogs
Así como hay warblogs, klogs, blongs y tantas otras palabras para distinguir los weblogs según el uso propuesto para el que están publicados, nos encontramos con el término edublog, que nace de la unión de education y blog. En este sentido, podríamos entender los edublogs como aquellos weblogs cuyo principal objetivo es apoyar un proceso de enseñanza-aprendizaje en un contexto educativo.
Tanto la educación como los weblogs comparten una característica fundamental: ambos conceptos pueden definirse como procesos de construcción de conocimiento.

Pedagogía con y sobre weblogs

Para un desarrollo efectivo de la Sociedad de la Información y del Conocimiento (SIC), la educación debe asumir el reto de la alfabetización digital de los ciudadanos para que puedan hacer un uso libre y responsable de los recursos en Internet. Según Trejo Delarbre (2005), el ciudadano requiere de destrezas específicas para su supervivencia en este nuevo entorno: «La capacitación, no sólo para encontrar información y saber discriminar entre ella, sino también para colocar contenidos en las redes informáticas, se ha convertido en requisito indispensable en la formación cultural, la competitividad laboral y las opciones sociales de las personas».
La Red debe ser utilizada como medio y objeto de conocimiento, de tal manera que se desarrollen didácticas adaptadas a la demanda de formación continua y a distancia en un nuevo modelo de aprendizaje centrado en el alumno. La enseñanza con y sobre blogs responde a esta nueva realidad social, puesto que puede contribuir a gestionar la sobreabundancia de información y a extraer sentido de la misma.
Cuando la introducción de una nueva tecnología
reproduce modelos de enseñanza dominantes y simplemente se utiliza para “hacer lo mismo de siempre pero sobre nuevos soportes”, adquiere un inmerecido halo de modernidad que no aporta nada a su función didáctica. Los weblogs, así como cualquier nueva tecnología, no garantizan una mayor eficacia educativa por su mera utilización. El resultado dependerá del enfoque, de los objetivos y de la metodología con que sean integrados en cada programa educativo.
Una propuesta de modelo de enseñanza con weblogs dentro de una pedagogía constructivista entiende el blog como un medio personal y propio del alumno, de tal manera que pueda utilizarlo de un modo transversal a lo largo de su vida académica y no dentro de una clase determinada. El papel del profesor en este modelo sería el de facilitador en este nuevo espacio de libertad, acompañando al alumno en su propio camino de experimentación y aprendizaje a través del blog (O’Donnell, 2005).

Qué se aprende editando weblogs
Además de los usos clásicos que suele dar el profesor a esta herramienta, como la actualización de contenidos y comunicación con sus alumnos, nos centraremos aquí en las capacidades y habilidades que puede desarrollar el alumno en su experiencia como autor de un blog, aprovechando todas sus posibilidades como formato de publicación e instrumento para la interacción social en la Red. Estas son:
  • Organización del discurso: La estructura de los weblogs permite la elaboración del pensamiento de una manera secuencial y otorga un alto grado de control sobre el discurso. Prácticamente todo es modificable en un blog sin que afecte a su disposición general: se puede reeditar un post, asignarle una nueva categoría, añadir nuevos enlaces al blogroll e incluso cambiar la plantilla de diseño siempre que se desee.
  • Fomento del debate: Los weblogs, así como la educación, son por su propia naturaleza procesos de comunicación, de socialización y de construcción de conocimiento. Una de sus características más importantes es la capacidad de interactividad, que permite que el blog pase de ser un monólogo a un diálogo en una invitación constante a la conversación (Efimova y De Moor, 2005) 
  •    Construcción de identidad: La identidad va tomando forma en todos nuestros actos como autores de blogs y se refleja en aspectos como la elección del título del blog, la información personal que ofrece, los directorios en los que se inscribe, el diseño utilizado, los temas que suele tratar, los enlaces del blogroll, las fuentes más utilizadas, los comentarios que dejamos en otros blogs, etc.
  •  Creación de comunidades de aprendizaje: La creación de blogs colectivos permite desarrollar capacidades de trabajo colaborativo a través de la distribución de funciones en el grupo y del establecimiento de un modelo de tutoría mutua entre sus integrantes. El propio profesor también puede plantearse ser un autor más en el blog, al mismo nivel que sus alumnos, quienes, de esta forma, se sentirán más reconocidos en el proyecto y con mayor grado de autonomía.
  •  Compromiso con la audiencia: El profesor deja de ser el único destinatario de la producción del alumno y pasa a ser uno más entre todos los potenciales lectores de la Red. Este carácter público e interactivo es fundamental para entender el potencial socializador de los weblogs.

Bibliografía

EFIMOVA, L. y DE MOOR, A.: «Beyond personal webpublishing: An exploratory study of conversational blogging practices», Proceedings of the Thirty-Eighth Hawaii International Conference on System Sciences (HICSS-38), enero 2005.

OBLINGER, D. G. y OBLINGER, J. L.: Educating the Net Generation, Educause, 2005. Libro electrónico.
O’DONNELL, M.: «Blogging as pedagogic practice: artefact and ecology», BlogTalk conference paper, Sydney, 2005. http://incsub.org/blogtalk/?page_id=66

lunes, 1 de julio de 2013

Entornos virtuales colaborativos para el aprendizaje





El conocimiento escolar y el trabajo colaborativo

Los cambios sociales que en los últimos años introdujeron las tecnologías de la información y la comunicación (tic) son muy importantes. Y como todos los grandes cambios sociales, atraviesan la vida de todos y cada uno de nosotros. Esto hace que hoy se vuelva imprescindible la incorporación, la integración y el aprovechamiento pedagógico de estas tecnologías en la escuela. El estar conectados y poder participar del mundo de la comunicación y la información es parte ya de un derecho ciudadano. Las nuevas maneras de vivir y trabajar juntos, los nuevos modos de comunicarnos y de relacionarnos están transformando los escenarios educativos y las formas de enseñar y aprender.
No pensamos al espacio, al tiempo, a la naturaleza y a las comunicaciones igual que antes de contar con tecnologías que ampliaran nuestro mundo y nuestras miradas. Hoy las tecnologías nos permiten disponer como nunca antes de un enorme archivo de la cultura y participar de procesos de construcción colectiva de conocimientos de una manera que antes no conocíamos. Las escuelas se vuelven entonces espacios fundamentales para lograr la inclusión digital y hacer que los jóvenes de todos los sectores tengan acceso a la tecnología y a lo que ellas posibilitan (Sagol, 2010).
Creemos que el valor del trabajo colaborativo responde a un modelo pedagógico que pone el acento en la interacción y la construcción colectiva de conocimientos, que sin duda se optimizan cuando se combinan con el trabajo en red. La colaboración en el contexto del aula invita a docentes y estudiantes a caminar juntos, sumando esfuerzos, talentos y competencias. Incentiva el aprender haciendo, el aprender interactuando, el aprender compartiendo.
La riqueza de la colaboración también reside en que los estudiantes aprenden reflexionando sobre lo que hacen, ya que en el intercambio los saberes individuales se hacen explícitos y se tornan comprensibles para los demás. La capacidad para responder a demandas complejas y llevar a cabo adecuadamente diversas tareas supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivaciones, valores, actitudes, emociones que se deben movilizar conjuntamente para lograr una acción eficaz. Contar con un caudal importante de competencias para trabajar con otros y colaborar en experiencias de aprendizaje es cada vez más necesario en las llamadas sociedades de la información y la comunicación.

El trabajo colaborativo y la Web 2.0

Sin embargo, la colaboración en las aulas no es algo nuevo; lo novedoso es que ahora como soporte tecnológico para la colaboración contamos con un nuevo desarrollo: la Web 2.0. ¿Pero qué es la Web 2.0? ¿Cómo beneficia al trabajo colaborativo en el aula? Se define a la Web 2.0 como una segunda generación web basada en comunidades de usuarios y en una diversidad de servicios o utilidades, desarrollados a través de Internet, que fomentan la colaboración y el intercambio ágil de información y habilitan la creación de contenidos por parte de los usuarios. Dinámica, participativa, colaborativa y caracterizada por la interactividad, la Web 2.0 ofrece un universo de posibilidades para la construcción colaborativa de conocimientos a través de herramientas pensadas para trabajar con otros. Así, el uso pedagógico de estas aplicaciones puede ser muy potente para llevar adelante actividades colaborativas en el aula.
Es sumamente necesario que como profesores centremos nuestra atención en los usos que les demos a estas herramientas o servicios y en las producciones colaborativas que realicemos con ellas. Las decisiones pedagógicas que tomemos en este sentido no deberían perder de vista el singular entramado que los diversos contenidos escolares, los particulares contextos y las características del grupo de alumnos imprimen a nuestras prácticas educativas.
Más allá de la aplicación o servicio Web 2.0 que seleccionemos para desarrollar nuestras propuestas, lo que marca la diferencia es la acción docente que irrumpe en la cotidianidad y los usos habituales que los alumnos hacen de estas tecnologías para proponerles otros vínculos con el conocimiento, con experiencias diversas y con variados puntos de vista que amplíen sus universos culturales (Dussel, 2010).
Según Harris (2007), al momento de seleccionar herramientas para el trabajo colaborativo en el aula debemos priorizar aquellas que favorezcan en nuestros estudiantes la interdependencia, la responsabilidad individual por la tarea, las habilidades interpersonales, la interacción productiva y la reflexión sobre los procesos grupales. La mejor herramienta es siempre la que mejor se adapta al desarrollo de los objetivos y actividades que se quieran poner en marcha.

El aula: una comunidad de aprendizaje

Este material tiene el objetivo de ayudarlos a transitar el vertiginoso camino que busca poner en relación al trabajo colaborativo con el trabajo en red. Así, al combinar el trabajo colaborativo con el trabajo en red contribuimos a transformar el aula en una comunidad de aprendizaje. Comunidad que se conforma como una red humana mediada por la tecnología y que se organiza para construir un proyecto educativo o cultural propio. En otras palabras, en una comunidad de aprendizaje las personas aprenden conjuntamente, utilizando herramientas comunes en un mismo entorno, sin necesidad de contar con grandes conocimientos de informática ni demasiados recursos tecnológicos, utilizando servicios que se encuentran a disposición y de forma gratuita en Internet para llevar adelante trabajos colaborativos.
Estos trabajos colaborativos se pueden desarrollar en un entorno Web exclusivo de los alumnos de una clase o en un espacio público que trascienda las paredes del aula, con el fin de compartir producciones con toda la comunidad educativa o el público en general. Existen numerosas aplicaciones de uso libre que facilitan la colaboración entre pares y que no requieren del usuario una alfabetización tecnológica avanzada para su utilización. De forma muy sencilla, los estudiantes pueden crear, publicar, adaptar, comentar, difundir e integrar contenidos. Pero es preciso que reconozcamos que estas formas de participación en muchos casos ya son parte de la vida de nuestros alumnos: son miembros de redes sociales, publican blogs, participan en foros, publican fotos y videos, etcétera. Sin embargo, la escuela y los docentes tenemos mucho que hacer para promover usos más complejos y desafiantes. La pregunta que nos convoca es: quién podrá, si no son la escuela y los docentes, propiciar estos saberes en los jóvenes. En palabras de Dussel y Southwell (2007), “dejarlo librado al mercado o a las experiencias actualmente disponibles [...] implica renunciar a incorporar otras lógicas, otros plazos, otras orientaciones”.
Sin lugar a dudas, con las actividades colaborativas que diseñemos, utilizando genuina y críticamente las distintas aplicaciones, generaremos usos desafiantes y complejos. Tal vez una idea que nos ayude a avanzar en este sentido es introducirnos en ese mundo junto con nuestros alumnos, reconociendo que no sería la primera vez que aprendemos algo porque debemos enseñarlo, ni tampoco sería la primera vez que aprendamos de y junto a nuestros alumnos.

Entornos virtuales colaborativos para el aprendizaje



Nos trae Vigotsky un enfoque sociocultural del aprendizaje que otorga al estudiante ser protagonista de su propio aprendizaje: "La adquisición de nuevos conocimientos se debe a la participación en determinados tipos de interacciones sociales".

Uno de los elementos mediadores al que hace referencia Vigostky es el ambiente de aprendizaje, y sin dudas los entornos virtuales han contribuido en forma positiva a este desarrollo, como también a potenciar los principios de su teoría. Es importante no olvidar que el aprendizaje, si bien se obtiene a través de la interacción social, es un proceso cognitivo individual, que reside en la mente de cada uno. Así, si consideramos a los procesos cognitivos como individuales, producto de las interacciones con otros, podemos decir que estamos hablando de un "constructivismo social", siendo el aprendizaje individual un proceso en "sí mismo" como resultado "residual" de la construcción dentro del ámbito o comunidad social.Hemos visto que un entorno virtual es un espacio propicio para el desarrollo de tareas y actividades colaborativas, haciendo uso de las herramientas de comunicación que poseen, y haciendo posible la creación de una comunidad de aprendizaje. Palloff y Patt (2004) se refieren a la consolidación de las relaciones dentro de una comunidad, de la siguiente manera: "la presencia social es un elemento crítico en la comunidad online, y uno de los elementos también críticos del trabajo colaborativo". Luego, introducir el trabajo colaborativo en el "aula", independientemente que hablemos de aula virtual o mediada, no es tarea sencilla, requiere de una planificación previa y de la preparación del diseño didáctico de actividades estructuradas en una colaboración flexible y basada en el enfoque distribuido, siendo el estudiante partícipe activo de su propio aprendizaje a través de actividades que faciliten el pensamiento y ayuden a dar

Y finalmente, ¿cuál es el impacto que este tipo de pedagogía utilizada produce verdaderamente en el aprendizaje?

Sin dudas, las tecnologías nos ofrecen nuevas posibilidades para interactuar entre personas a través de Internet, una nueva condición cognitiva y social del aprendizaje.Un artículo publicado por Cristóbal Cobo en su blog: ¿Por qué es tan importante la #colaboración? Muestra un diagrama cartesiano, en el que muestra cómo se interrelacionan las dimensiones de Aprendizaje individual, Aprendizaje colectivo, Aprendizaje formal y Aprendizaje informal.







Como dice Cobo, podemos caracterizar diferentes dimensiones y niveles de profundidad de relaciones vinculadas con la idea de "aprender con otros", y que me llevan a pensar en nuevos diseños para el aprendizaje que incluyan tanto entornos de aprendizaje formal (como ser LMS) como entornos de aprendizaje informal (como ser PLE, MOOC, Redes sociales..)

 Reflexiones para docentes

Estamos inmersos en un cambio social para el que tenemos que prepararnos y preparar a nuestros alumnos, para ello, “Es probable que tengamos que diversificar las propuestas educativas, es probable que el formato escolar tenga que modificarse de maneras sustantivas y es probable que surjan formatos no escolares, cada vez más, sin que esto signifique ninguna cuestión catastrófica, sino más bien hacernos cargo del cambio cultural que estamos protagonizando y que quizás va a una velocidad mucho mayor de la que se podía imaginar a mediados del siglo XX.”
“Nosotros tenemos que empezar a desarrollar saber pedagógico y en particular saber didáctico que incremente nuestra capacidad para desarrollar no un aprendizaje monocrónico sino distintas cronologías de aprendizaje. Hablar de aprendizajes equivalentes no quiere decir que los recorridos tienen que ser exactamente los mismos para todos. Esto que es lógico y se puede decir, después hay que sostenerlo con saber pedagógico. Y para eso hay que ensayar, hay que investigar, hay que producir y hay que discutir mucho…”








Bibliografía
Terigi, Flavia, “Las cronologías de aprendizaje: un concepto para pensar las historias escolares”. Jornada de Apertura del ciclo lectivo 2010, 23 de febrero de 2010, Santa Rosa. Disponible en: http://www.chubut.edu.ar/concurso/material/concursos/Terigi_Conferencia.pdf (última consulta: agosto 2012)

Pico, María Laura, “Trabajos colaborativos : serie estrategias en el aula en el modelo 1 a 1” / María Laura Pico y Cecilia Rodríguez. - 1a ed.– Buenos Aires : Educ.ar S.E., 2011.







 

Significados acerca del cuerpo en la formación docente.



Significados acerca del cuerpo en la formación docente.

Por Silvina C. Porpatto.
En el tránsito por las instituciones, los sujetos,  vamos construyendo matrices de aprendizaje que condicionan nuestra forma de relacionarnos con el mundo. El hechizo del dualismo metafísico que plantea Najmanovich, como metáfora para expresar las oposiciones dicotómicas tales como cuerpo - mente y teoría - práctica, se configuran en matrices para la formación docente. Esto lleva a preguntarnos sobre las influencias que ha tenido esta dicotomía.

Desde la modernidad el  cuerpo ha sido descuartizado en aparatos y sistemas, y presentado como antónimo del alma. Estas huellas del pasado se han vuelto marcas en los cuerpos como “chalecos de fuerza” para producir nuevos  sentidos. ¿Es posible sentir, pensar, decir, desear sin implicar alcuerpo? ¿Tenemos un cuerpo o somos un cuerpo?

El cuerpo como materia simbólica, se constituye a partir de luchas, contradicciones, conflictos, resistencias, generados por los discursos culturales, sociales, políticos, económicos y según Mc Laren, encarnan en el sujeto educativo la relación mutuamente constitutiva de la estructura social y el deseo.

Para LeBreton el cuerpo es movimiento y desde él, productor activo de significados, por lo tanto también de aprendizajes y en este sentido es también productor de significados y de tramas simbólicas.

Dice Scharagrodsky, el cuerpo, como lugar de escándalos, aloja sistemas simbólicos vinculados al género, a la orientación sexual, a la clase, a la etnia o a la religión,  mediados por el lenguaje, la cultura y el poder. 



En la búsqueda de huellas sobre las concepciones de cuerpo acordamos con Le Breton, cuando expresa: “... hay dos visiones del cuerpo opuestas: una lo desprecia, se distancia de él y lo caracteriza como algo de materia diferente a la del hombre al que encarna: se trata entonces de poseer un cuerpo; la otra mantiene la identidad de sustancia entre el hombre y el cuerpo: se trata, entonces, de ser el cuerpo... No es casual que la filosofía del cogito confiese su fascinación por la anatomía”. “La construcción del cuerpo es un proceso donde se relaciona lo simbólico con lo material, pero   esta   relación   no   se   construye   en   un  vacío,   sino   como   parte   del conjunto de procesos sociales/culturales de un grupo y en este sentido parece pertinente pensar en la idea de una historia social y cultural del cuerpo, entonces, trabajar sobre el cuerpo y desde él, es también un trabajo sobre la cultura y por lo tanto, sobre la sociedad”.  

La escuela argentina, desde sus orígenes, con su proyecto pedagógico político homogeneizador inscribe desde el poder, la disciplina, el control y el sometimiento,  una matriz modeladora de los cuerpos. Esto se materializa en objetos cotidianos de la vida escolar, a partir de los cuales, maestros y alumnos, incorporan nociones sobre el poder, lo permitido y lo prohibido, el pudor y la transgresión.

Pensemos en la vestimenta como un elemento de regulación de los grupos y de los cuerpos, pero también como posibilidad de éstos para ser leídos. Un ejemplo de dichos objetos es el guardapolvo, actuando como un representante de los códigos de vestimenta que conlleva una serie de conductas al sujeto que lo porta. En sus inscripciones podemos leer, con tinta invisible, diversos sentidos: el de pertenencia, de obediencia a la autoridad,  el de prenda higiénica, como inscripción a un sexo y un lugar en la jerarquía social.

Otro objeto a considerar en nuestro análisis es el pupitre.

Desde sus comienzos el pupitre fue un mobiliario para el disciplinamiento corporal.  Fijos e individuales, con marcada adecuación a un modelo pedagógico normalista, que en el afán de homogeneizar conductas y prácticas, redujo la movilidad de los cuerpos a una secuencia lineal de acciones esperadas y jerarquizadas. La realización correcta de esas acciones otorgaba sentido de pertenencia e identidad al “buen alumno”.

Estas formas de control se visibilizan en normas, regulación de tiempos y espacios, patrones de conductas “aceptables”.

En innumerables situaciones en la formación docente se remite a significados propios de la modernidad. Se dialogan conceptos como “orden”, “silencio”, “autoridad”, “contenidos”, “hábitos” “lo homogéneo”, en tanto la corporeidad y su importancia en el aprendizaje quedan desdibujados. Apenas hacen referencia a teorías críticas que problematicen los contenidos de las disciplinas, que analizan los impactos sobre las prácticas, en relación a las estrategias de poder que, a través de discursos normalizadores, señalan un camino de formación hacia poderosa formación técnica.


El desafío es el de problematizar nuestra concepción y relación con el cuerpo para convertirlo en un espacio de reivindicación personal y colectiva en la educación.

¿Qué  representaciones están naturalizadas en los cuerpos de los estudiantes de formación docente? ¿Cuáles son las tramas discursivas hegemónicas que reproducimos en el proceso de enseñanza y aprendizaje?


 Bibliografía:
Alfieri, F.,  Canevaro, A.  , Orlandi, A., Tonucci, F., Colombo, M., Burger, P., Dumont, J. P., Cecchini, M.,  Passatore, F. &  Guindani, F. (1984). Introducción. A la Escuela con el cuerpo.

Calvo, I., Riterman. F. & colaboradores. (1979). Introducción. Cuerpo, vínculo, transferencia.

Foucault, M. (1986). Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, Madrid: Siglo, (1992) Microfísica del poder. Madrid: La Piqueta, (1993) La historia de la sexualidad: el uso de los placeres. Madrid, Siglo XXI, (1984) L'étique du souci de soi comme pratique de liberté (entrevista con H. Becker, Paul Fornet-Betancourt, Alfredo Gómez-Müller) Concordia: Revista Internacional de Filosofía, 6, 1984, pp. 99-116.

Le Breton, D. (1990). Antropología del cuerpo y la Modernidad. Buenos Aires. Ediciones Nueva Visión

McLaren, P. (2005).  La vida en las escuelas: una introducción a la pedagogía crítica en los fundamentos de la educación. Madrid: Siglo XXI.

Najmanovich D. (Junio 2001) Jornadas “AS REDES COTIDIANAS DE CONHECIMENTOS E A TECNOLOGIA no espaço/tempo da escola e em outros espaços/tempos educativos”, Organizadas por la Universidad del Estado de Río de Janeiro. Arte tecnología para reinventar la fiesta del conocimiento, (Diciembre 2001) Revista Campo Grupal N° 30.Del “Cuerpo-Máquina” al “Cuerpo Entramado”.

Scharagrodsky, Mgt. P. (UNQ / UNLP). Coordinación Autoral: Southwell, M. (UNLP / CONICET / FLACSO). El cuerpo en la escuela. Página web: http://explora.educ.ar/wp-content/uploads/2010/04/PEDAG05-El-cuerpo-en-la-escuela.pdf  
Skliar, Carlos.  La escena está servida.