lunes, 7 de septiembre de 2009

13:35 | domingo, 06 de septiembre de 2009 Noticias | Mundo
Calentamiento global: anuncian terremotos, avalanchas y tsunamis
Los tsunamis, una de las consecuencias del cambio climático.
Los tsunamis, una de las consecuencias del cambio climático.

Para los expertos el fenómeno provocará una serie de desastres naturales con efectos devastadores para el mundo. No sólo afectará la atmósfera y los océanos, sino también la geología de la Tierra

Los expertos estiman que el aumento de las temperaturas en la atmósfera tendrá consecuencias inesperadas para el planeta. Adelantaron que el cambio climático, provocado principalmente por las millones de toneladas de dióxido de carbono emitidas por vehículos, fábricas, plantas nucleares y aviones, no sólo afectará la atmósfera y los océanos, sino también la geología de la Tierra.

Afirmaron que el deshielo de glaciares llevará a avalanchas, inundaciones y desmoronamientos en los Alpes y otras montañas, como también lluvias torrenciales que llevarán a la erosión del planeta.

La desaparición de las capas de hielo cambiarán la presión en la superficie de la Tierra, lo que podría provocar erupciones volcánicas. A medida que desaparecen las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida, se acrecienta el peligro de desprendimientos submarinos, que podrían llevar a tsunamis, explicaron.

"No sólo los océanos y la atmósfera conspiran contra nosotros, trayendo altas temperaturas, tormentas más poderosas e inundaciones, sino que también las capas terrestres parecen haberse unido", declaró el geólogo Bill McGuire, director del Centro de Investigaciones Benfield Hazard del University College London (UCL), según consigna la agencia Ansa.

"Tal vez la Tierra está tratando de decirnos algo", agregó el científico, que es el organizador de la Conferencia. Por su parte el profesor David Pyle, del departamento de Ciencias Terrestres de la Universidad de Oxford, explicó en la edición de hoy del diario inglés The Observer que "la última Edad de Hielo ocurrió hace unos 12 a 15.000 años" y que "las capas de hielo que cubrían Europa central se redujeron dramáticamente".

"El impacto sobre la geología del continente puede ser medida por el aumento en la actividad volcánica que ocurrió en ese momento", afirmó.

jueves, 3 de septiembre de 2009

CALENTAMIENTO GLOBAL. EL TIEMPO DE ACTUAR ES AHORA!!!!!

LOS INUIT.

Leyenda de Sedna.

2905_inuit.jpgAl norte, muy al norte de nuestro querido planeta tierra, vive una civilización que no pertenece a ninguna nación ni país. No sabe de himnos ni escarapelas que por estas épocas otoñales están tan de moda. Viven rodeados de nieve y hielos polares, en casitas subterráneas muy simpáticas y misteriosas conocidas como iglús.

Y como el clima está indeciso, que un día con campera, y otro día con un suetercito alcanza, nada mejor que conocer un poco más acerca de los esquimales y acercarnos, de a poquito y con bufanda, a los fríos que llegarán en los próximos días.

Los inuit, más conocidos como esquimales, se alimentan de la caza y fundamentalmente de la pesca. A su alrededor no crecen vegetales de ningún tipo. Como mucho, algunos pastitos sosos y secos. A pesar de que sus casas son muy confortables y se mantienen calentitas gracias a un sistema de calefacción que es envidiable, los esquimales son nómades. Y es que hay épocas en las que pareciera que todos los animales marinos se quedaran jugando a las cartas en alguna costa lejana, porque de no se los ve por ningún lado. Entonces las lanzas y cañas quedan paraditas en los pasillos del iglú, hasta que algún pececito solidario se sacrifique. Pero no todo es tan simple y detrás de esta aparente migración de animalitos-alimento se esconde un secreto que los inuit jamás revelarán, pero que conocen a la perfección.

Hace muchísimos años, cuando los fríos polares no eran tan fríos, paseaba por el Ártico una niña llamada Sedna que estaba lista para el matrimonio. Pero como siempre sucede entre padres e hijos, a ella nunca le gustaba el candidato que su padre le presentaba, que seguro sería un afamado cazador y que para pescar haría los hoyitos más prolijitos en el hielo. Seguramente con compás. Sedna prefería a los chicos un poco más rebeldes, que querían ser vegetarianos o migrar para obtener un bronceado de cama solar aunque fuera pleno junio. Discusión va, discusión viene, Sedna se cansó y le quiso dar un disgusto grande a su papá (cosas de la edad, nomás). ¿Qué hizo la pequeñita? Se apareció una tarde en su casa, y con una sonrisa dijo la frase más temida por todo padre que se considere algo celoso:

—Pa, te presento a mi novio.

Al pobre padre de Sedna casi le da un patatús, porque la criaturita se apareció en la puerta de su casa con un perro.

La chica se había puesto de novia con el perrito. Y no sólo eso. A los pocos días se casaron y tiempo después ella dio a luz a diez cachorritos bonitos, que de su mamá no tenían nada. Eran igualitos al papá.

Era el colmo. Hasta un novio vegetariano, se aguantaba, pero un esposo canino y para colmo diez nietos que en lugar de “abuelo” decían “guau” era demasiado. Entonces el buen hombre, cuando un día paseaba con su hija en una barca, la arrojó al mar. Ella intentó subirse nuevamente y dialogar, al menos. Pero no. Él le cortó los dedos y le impidió así subirse a la embarcación. Sedna, dolida y llena de furia, se hundió en las aguas heladas y se convirtió en la primera foca y señora de los mares.

Y he aquí el por qué de estas repentinas fugas de animalitos marinos. Cuando Sedna se levanta de malhumor, encierra a todos los animales marinos en corrales bajo el agua, impidiendo a los esquimales alimentarse.

Lucía Alfonso

Nunavut: La tierra de los Inuit

Aunque son apenas unos 800 o 1000 metros de la casa, el frío de 24 grados bajo cero y el viento de 80 kilómetros por hora dificultan la subida al colegio. Son las ocho y media de la mañana y la oscuridad es total. Llevo cuatro meses aquí dictando quinto de primaria y aunque estoy en Canadá, el país por aquí muchas veces parece ser otro.

Esto se llama Nunavut. Una palabra en Inuktitut, el idioma de los Inuit (esquimales) que quiere decir "nuestra tierra". Y así es. Un inmenso territorio congelado e inhóspito de casi 2 millones de kilómetros cuadrados habitado por unos 30,000 Inuit. Estos son los descendientes de un pueblo que tiene sus raíces en la migración de cazadores asiáticos de Siberia hacia América del norte hace unos 10,000 años. Hoy, su lucha en gran medida esta basada en salvaguardar la cultura y la herencia que trajeron sus antepasados.

Conocida como la cuna de los artesanos Inuit, el pueblo de Cape Dorset adonde vine a trabajar está ubicado a unos 2,000 kilómetros al norte de la ciudad de Toronto. Se estima que 120 de los 1200 habitantes del pueblo viven del arte y de la talla de piedra. Aunque tallan en marfil y en hueso, es su trabajo con la piedra jabonosa o serpentina lo que les ha dado la fama dentro y fuera del país.

Son talladores tradicionales de figuras y animales típicos de la región -osos polares, focas, caribús, ballenas y morsas. La piedra la extraen de una cantera a unos cien kilómetros al norte del pueblo. La traen en lancha y la trabajan con sierras circulares, hachas, limas y, sobretodo, con la experiencia y la imaginación de una generación que aprendió a adaptarse a unas condiciones extremas y ahora lucha por sobrevivir.

Una vez terminadas las figuras, estas son llevadas y vendidas a una cooperativa en el pueblo. De ahí, son enviadas a Toronto para su distribución. Como casi siempre sucede, la ganancia real es para otros. Un osito, por ejemplo, producto de unas 6 o 7 horas de trabajo y vendido aquí en el pueblo por $150, fácilmente puede costar unos $1,000 en una galeria de arte en alguna ciudad canadiense, estadounidense o europea.

Mientras tanto, los nietos y bisnietos de los artesanos llevan una vida muy distinta. Cursan kinder hasta cuarto de primaria en Inuktitut con profesores Inuit. De ahí en adelante, todas las clases se dictan en inglés con profesores traídos en su mayoría de las ciudades del sur. Por ahora, no hay opción pues faltan profesores Inuit con un buen dominio del inglés. Ojalá hubiera y pronto, pues el clima y la oscuridad combinadas con la diferencia de costumbres e idioma, complica la labor del profesor "sureño" en el colegio. Algunos se acostumbran a esta vida y se quedan. Otros terminan el año escolar y se van para no volver. Es dificil armar y mantener un equipo, falta la continuidad y los niños aprenden a desconfiar de aquel a lo mejor no volverá a aparecer el año entrante.

A fines de noviembre, se congela el agua frente al pueblo y la gente atraviesa la bahía temprano hasta la isla Baffin para dedicar las cortas jornadas a la pesca y la caza. Jornadas cortas porque por la ubicación del pueblo tan cerca al Ártico, en diciembre sólo hay cinco o seis horas de luz cada día. Siguen los pasos de los caribús y los osos polares. Las focas que abundan por todas partes, son muy apetecidas y la gente les saca mucho provecho ya que alimenta a la familia con los órganos y la carne, y utiliza las pieles para fabricar guantes, chaquetas y botas.

Ante la amenaza creciente que representa el inglés para su idioma, el gobierno de Nunavut ha tomado cartas en el asunto elaborando un plan para el establecimiento de una sociedad "funcionalmente bilingue" de aquí al 2020. Dicho de otra manera, el inglés entrará pero no arrasará con el Inuktitut. En la práctica esto no parece tan dificil. El inglés en el pueblo casi no se escucha. La mayoría de los adultos se comunica únicamente en Inuktitut y terminada la jornada en inglés el viernes, los niños lo dejan en el colegio hasta el lunes. Mientras tanto, como extranjero en su propio país, uno observa, habla menos y escucha más: aprende y trata de poner su granito de arena.


Fuente:
http://www.cambio.com.co/seapartedecambio/lectores_cambio/home/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-3879739.html