Un recuerdo es como un objeto con una historia adentro.
Si miro un rato el conejito de peluche que tengo guardado en un cajón de mi escritorio, me vienen enteritos a la memoria todos los días del viaje que hice con mi familia y el nacimiento de mi nieto. Ya ves, una cosa trae la otra. Seguro vos tenés algún objeto así. Observalo un rato y empezá despacito a tirar de la puntita de la historia que te recuerda. ¡No te olvides de anotar cómo llegó a tus manos el objeto, cuándo, dónde, por qué es tan especial para vos!Te comparto mi recuerdo...
LA TAZA.
"Es una taza que pertenece a un juego de tazas heredado de mi papá (que era un gran coleccionista) y creo que a él se la regalaron, pero no recuerdo quién. Aún así, le tengo cariño. Me encanta su color es anaranjado. El diseño de la porcelana es sofisticado, con unos relieves a lo largo de todo el contorno. Es una taza pequeña y antigua. Nada que ver con esas de moda, enormes y gruesas y pesadas. Ésta es ligera, casi sin peso. Es una taza de té japonés. Tiene pintado un dragón que lanza fuego en el exterior y unas líneas que marcan su vuelo. El animal mitológico aparece en el que sería el lado principal si la tomamos con la diestra. Hay un detalle adorable y es que tiene también el rostro de una mujer en el interior. Una sorpresa que se luce al tomar el té o que apenas se transparenta si todavía no lo probamos. Tiene también una rayita dorada que recorre toda la circunferencia y el asa y que se nota pintada a mano. Prefiero esta taza a las que son tipo jarro, que también hay varias en casa. Primero porque me gustan las tazas pequeñas, y segundo porque el borde fino y delicado me resulta más agradable. Me siento una geisha tomando té, un poco…, aunque esté despatarrada en pijama en el sofá.
Las tazas pueden hacer eso, cómo que no… y también traerme el recuerdo de tardes de té con mis muñecas cuando en casa todos dormían la siesta."
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