viernes, 30 de mayo de 2014

LA EXPOSICIÓN ORAL



Hablar y escuchar para aprender:

LA EXPOSICIÓN ORAL

Se trata de un género que tiene una estructura particular, que requiere distintas y específicas formas de habla y de escucha; en la mayoría de los casos, sobre todo al principio de la escolaridad, se vincula con un saber que “se dice” y que está íntimamente ligado con secuencias de lectura previas. Por ese motivo, la exposición oral es un género que nos permite abordar una infinidad de temas escolares y otros que van surgiendo a partir de las conversaciones en el aula.

La exposición oral tiene una larga tradición escolar y es probable que forme parte de la experiencia escolar de muchos de nosotros. En esa tradición, lo usual era que los alumnos prepararan en el hogar una lección que, en general, memorizaban e intentaban reproducir literalmente ante el maestro. Dado que este modelo ponía énfasis en el control del estudio y la repetición memorística, en muchos casos esa práctica fue abandonada. En la actualidad, se resignifica la exposición oral como un medio invalorable para que los chicos aprendan y comuniquen temas de todos los campos del conocimiento, y para que comiencen a desempeñarse oralmente frente a un auditorio; esto supone un uso particular del lenguaje y el manejo de estrategias retóricas específicas. Sin embargo, no se aprende a exponer de manera espontánea. Para que los chicos se inicien en este género complejo, se requiere una enseñanza meditada.

La exposición oral es un texto monológico en el cual un emisor, que tiene conocimientos sobre un tema determinado, se dirige a una audiencia que supuestamente no los posee, para informar o explicar de una manera organizada.
Van Dijk distingue los textos monológicos producidos por un solo hablante de los dialógicos “como conversaciones, discusiones, entrevistas, etc., es decir, los textos producidos por hablantes diferentes que se van alternando”. Véase Van Dijk, T. (1989), La ciencia del texto, Buenos Aires, Paidós, pág. 237.

La mayoría de los expositores expertos lleva a cabo una serie de pasos que culminan en el momento de la oralización:

• Define el tema y las características de su audiencia.
• Busca, lee y selecciona información según sus propósitos y el tiempo de exposición disponible; toma notas.
• Organiza la información seleccionada en función de ese tiempo y de su representación de los saberes de la audiencia.
• Prepara un guión y los soportes que le sirvan de apoyo (por ejemplo, imágenes, fotografías, gráficos).
• En algunos casos, practica en voz alta.
• Concreta la elocución ante un auditorio.



 
CLASES ESPECIALES GRUPALES DE CIENCIAS NATURALES

Mi equipo:
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Para aprender a EXPONER.
• Definan el tema y las características de su audiencia 
TEMA: …………………………………………………………..
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• Busquen, lean y seleccionen información según sus propósitos y el tiempo de exposición disponible (45 minutos); tomen notas.
• Organicen la información seleccionada en función de ese tiempo y de los saberes de la audiencia.
• Preparen un guión y los soportes que le sirvan de apoyo (por ejemplo, imágenes, fotografías, gráficos, vídeos).
• Practiquen, ensayen en voz alta.
• Concreten la clase especial ante sus compañeros el día: ………………………………………………………….


En la tradición escolar, a partir de 4º año/grado los chicos comienzan a estudiar formalmente. Por esa razón, es habitual que en las distintas áreas se les solicite que expongan algún tema en forma oral. En este ciclo, la exposición puede adquirir distintas modalidades, según se realice a partir de uno o de varios textos y según sea individual o colectiva. En la exposición individual y a partir de un único texto se reducen las exigencias, ya que ese único texto les brinda una cierta organización en temas y subtemas dispuestos en un orden determinado, por lo que no necesitan organizar una nueva estructura. El maestro puede optar por comenzar de esta manera, es decir, proponerle a los chicos que aprendan a exponer a partir del trabajo del grupo con un único texto. Conviene aclarar que en estos casos no todos podrán exponer, pues podría resultar muy aburrido. En diferentes oportunidades, otros chicos serán los responsables de exponer sobre nuevos temas.
Otra posibilidad es que cada niño se encargue de exponer una parte de un texto que tenga cierta extensión (tengamos en cuenta que no se trata de una exposición grupal, pues el trabajo en grupo supone la preparación conjunta de todo el material). De este modo, se aprovechan las facilidades que brinda el trabajo con un único texto, pero también se da la oportunidad de que los expositores tengan qué decir y se asegure un cierto nivel de atención de los compañeros que escuchan.

El docente expone
Para que los chicos adviertan los pasos y decisiones que se toman en cuenta, los docentes podemos exponer sobre un tema de estudio y convertir nuestra propia explicación en objeto de conversación y análisis. Así, los chicos la escuchan y luego junto con nosotros realizan la reconstrucción tanto de la información presentada como del proceso que llevamos a cabo. Hay entonces un doble aprendizaje: el de los temas considerados por el docente en la exposición y el de “cómo se hace” para exponer. En otras palabras, además de desarrollar el tema en cuestión, nos mostramos como modelo de expositor a la vez que orientamos la atención de los chicos respecto de la forma en que hemos preparado la exposición. Así, les “develamos” estrategias a las que podrán recurrir cuando sean ellos mismos los expositores.
No es conveniente repetir la misma secuencia cada vez que exponemos sobre un tema, sino que podemos detenernos en diferentes aspectos en distintas oportunidades. Por ejemplo, cuando incorporamos una nueva estrategia o un tipo de soporte distinto.
Así, de manera paulatina, en distintas exposiciones, podemos focalizar la atención en diferentes aspectos: la consideración del destinatario, la selección de ideas relevantes, la elaboración de soportes, etc. A medida que los niños escuchan nuestras exposiciones y realizan las propias a lo largo del año, van construyendo saberes sobre esta compleja práctica.
Antes de exponer, podemos contarles a los chicos dónde obtenemos la información para nuestra exposición y los materiales que vamos a utilizar: una ficha como el ayuda memoria para no olvidar nada; un gráfico o un esquema que sintetice la información clave, etc. A medida que exponemos, podemos ir anotando en el pizarrón las palabras que puedan ser desconocidas y algunas ideas o datos clave.
Al finalizar, es conveniente que el docente promueva la conversación para recuperar la información y detenerse en algún aspecto de la exposición. En este momento, el maestro interviene para ayudarlos a explicitar y tener claro el tema, a no olvidar aspectos importantes (por ejemplo, ayudándose con los soportes visuales empleados), y los orienta por medio de preguntas, reformulaciones y también silencios que los insten a seguir hablando.

Los chicos también

A lo largo del año, los chicos se inician en la producción de sus propias exposiciones; en algunos casos, pueden relacionarse con aquellas que el docente ha realizado, con temas vinculados con los aprendizajes en Lengua y de otras áreas curriculares y, naturalmente, con los de particular interés del grupo, tal como ilustra el relato de la docente respecto de la secuencia de trabajo con el ajedrez, incluido en el Eje “Lectura y Escritura” de este Cuaderno.

Como se trata de una secuencia compleja, que requiere el manejo de distintos saberes relacionados con la lectura, la escritura y la oralidad, en 4º año podemos centrar la atención cada vez en distintos aspectos. Por ejemplo, una secuencia centrada en la búsqueda y lectura de información relevante para armar un esquema de la exposición; en otro momento y en relación con otro tema, se pueden revisar las notas para incluir ejemplos y definiciones o buscar anécdotas, citas o datos curiosos para presentar el tema, etcétera.
Las intervenciones del docente en la planificación y en el desarrollo de exposiciones de los chicos son variadas y acompañan los distintos momentos del proceso:
• Durante la lectura del texto base, la maestra o el maestro orienta a los niños en la lectura y la relectura del texto, en el uso de estrategias para encontrar el significado de palabras desconocidas, en la identificación y el subrayado de palabras e ideas clave, en el reconocimiento de causas y consecuencias, en la identificación de descripciones, definiciones, anécdotas, ejemplos, entre otros.
• En la organización de la exposición, los ayuda a armar un esquema básico que tenga en cuenta cada una de sus partes: qué van a decir primero, qué van a incluir en el desarrollo y cómo van a terminar. Amplía los conocimientos de los niños sobre los recursos lingüísticos que pueden utilizar para conectar las ideas
(“en primer lugar”, “en segundo lugar”, “entonces”, “luego”, “por eso”, “también”, “en cambio”, etcétera).
• A su vez, y en relación con la situación comunicativa, los guía para que piensen en los receptores de la exposición: es posible que deban definir palabras nuevas, incluir aclaraciones y algún ejemplo, y reformular algo durante la exposición –decirlo con otras palabras– usando expresiones como “es decir”, “o sea”, etc., para que se entienda mejor.
• En la elaboración de soportes visuales, el docente colabora para que los chicos seleccionen los más adecuados: cuadros, esquemas, guías, etc., teniendo en cuenta que estos recursos permiten al oyente comprender mejor el contenido y seguir el hilo de la exposición, además de constituir un ayuda memoria para el expositor. Es importante que el docente les haga notar que el soporte brinda apoyo para recordar algunas ideas o su orden, pero que no se trata de leer esa guía, sino que el expositor debe ampliar la información durante la exposición.
• Durante la oralización, a veces los hace participar de ensayos previos para señalarles aspectos que pueden mejorar y los orienta en el manejo de la voz y la posición del cuerpo: hablar con un volumen adecuado para que todos escuchen, con un ritmo pausado que permita a los oyentes no perder el hilo, ubicarse a la vista de todos, mantener una buena postura. Este “ensayo” los hace ganar seguridad.


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